Evolución del tajo de Ronda

¿Cómo se formó el Tajo de Ronda?

Nadie que conozca su existencia ha dejado de visitarlo. El Tajo de Ronda es un punto de encuentro para turistas, fotógrafos, amantes de la naturaleza y soñadores de todo el mundo. Apuntan los geólogos a que su nacimiento se produjo hace miles de millones de años fruto de la erosión del agua del río Guadalevín que nace en la Sierra de las Nieves. Ahora, el Tajo de Ronda es más que un accidente geográfico, es la auténtica identidad del rondeño.

El Tajo de Ronda divide la ciudad malagueña en dos partes. El río Guadalevín profundizó hasta crear la garganta que lo define hoy en día, dejando un desfiladero de más de 500 metros de longitud y 100 de profundidad. Así se abre paso un enorme escarpe con forma circular conocido como ‘La Caldera’. La piedra arenisca del roquedo es el hogar de una gran variedad de aves. ¡Ornitólogos del mundo! No perdáis la oportunidad de asistir al vuelo de halcones peregrinos, cernícalos primillas y otras rapaces.

Sobre la garganta del Tajo de Ronda reposa uno de los principales puentes de la localidad. Es el Puente Nuevo, al que muchos definen como el alma de la ciudad. Su construcción actual se remonta al año 1751 y duró más de cuatro décadas. Al frente de esta creación, el malagueño de adopción José Martín de Aldehuela, arquitecto que posibilitó la ampliación urbanística de la ciudad. Incluso cuenta la leyenda que este falleció arrojándose al desfiladero mientras construía su obra más emblemática, por no concebir un puente más bonito. Sus restos permanecen en la plaza del Convento de San Pedro de Alcántara (Málaga).

Fue precisamente el Puente Nuevo el que conectó el barrio del Mercadillo con el barrio antiguo para ofrecer también una estampa natural espectacular, a casi cien metros de altura. En su base se hallan sillares realizados con la piedra extraída del propio Tajo y la mejor manera de apreciarlo es desde el mirador de la Plaza de España o de la calle de Ernest Hemingway. A estos puntos panorámicos se suma, en una esquina, el paseo de Kazunori Yamahuchi. Aunque este no es el único puente de Ronda que envuelve la ciudad, también destacan el Puente Árabe y el Puente Viejo, ofreciendo perspectivas singulares.

Una de las curiosidades que todo rondeño que se precie cuenta a turistas y visitantes es el motivo de la frase: «aquí, a veces, llueve pa’arriba». Y es que algunos días el viento sopla con tanta intensidad bajo los arcos del Puente Nuevo que eleva algunas gotas de agua del río y puedes llegar a sentirlas.

No puedes irte de Ronda sin conocer otra de las perspectivas o alternativas para llevarte la mejor fotografía del Tajo desde otro ángulo. Para ello sitúate en la Plaza del Campillo. Desde esa ubicación dirige tus pasos hasta el Camino de los Molinos, una bajada a modo de camino empedrado al que también se conoce como la ‘Cuesta del Cachondeo’. Localiza el mejor rincón para visualizar el Tajo de Ronda desde abajo y simplemente respira hondo y disfruta.

Contemplarlo no es la única forma de disfrutar de esta formación rocosa. Divertirse con ella también entra en el diccionario de planes si te gusta el deporte. Puedes realizar un descenso de barranco justo en una pequeña garganta debajo del Puente Nuevo. Con un par de rápeles muy divertidos, cualquier época es buena para hacerlo. Sólo hay que estar muy atento a los caudales del agua.